Cada ser humano que viene al mundo fue pensado por el amor de Dios. ¿Qué importa que aún sea muy pequeño, que todavía no pueda pensar, expresarse o actuar como nosotros, para que sea ya inmensamente valioso, humanamente valioso? Cualquier persona puede percibir en su conciencia que toda vida humana, por pequeña, débil o enferma que parezca, debe ser acogida, respetada, protegida, cuidada, amada.