El Proyecto Angel perteneciente a Spei Mater y coordinado la Delegación de Familia y Vida de la Archidiócesis de Sevilla continúa prestando sus servicios de atención y acompañamiento a las embarazadas en situación de vulnerabilidad. Pese al estado de alarma por Covid-19, los voluntarios persisten en su labor de proteger la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
Al respecto, Chelo Núñez y Juan Muñoz, matrimonio coordinador del Proyecto Ángel en Sevilla, explicaron que el principal impedimento para atender las demandas de las familias es el desplazamiento, sin embargo “gracias a la diligencia de Protección Civil”, hemos logrado acudir a los domicilios a entregar alimentos y artículos de higiene para madres e hijos.
En estos momentos, Proyecto Ángel atiende a ocho mujeres, dos de ellas embarazadas y seis han dado a luz recientemente. “A las que están en período de gravidez les acompañamos vía telefónica, contando siempre con la inestimable colaboración de nuestra ginecóloga, en caso de ser necesario”.
También a los recién nacidos y a sus madres, Proyecto Ángel les provee de lo necesario, “gracias a las aportaciones de las Hermandades por la Vida que desde el año pasado suman esfuerzos y voluntades en proteger a las madres y a sus hijos”.
El Proyecto Ángel, recordaron sus coordinadores, “tiene como objetivo facilitar a las mujeres no sólo la atención inicial en el momento de enfrentar la nueva realidad, ofreciéndoles alternativas y recursos necesarios para que puedan seguir adelante con su embarazo, sino asistiéndolas también desde el punto de vista espiritual.
Hermandades por la vida
Actualmente en Sevilla capital, son ocho las hermandades comprometidas con la defensa de la vida. San Esteban, la Paz, el Buen Fin, el Silencio, el Cachorro, la Sagrada Mortaja, Ntra. Sra de la Luz y Ntra. Sra del Rocío (Macarena) han ido adaptando esta misión de diferentes formas en sus actos y cultos, a través de campañas, oraciones, donaciones, acompañamiento y seguimiento a las madres embarazadas.
Acogida y acompañamiento
Para Chelo Núñez y Juan Muñoz, junto con el grupo de voluntarios, “el compromiso es acoger y acompañar a la persona que acudan a nosotros”.
Están convencidos que “para amar y orar nunca hay obstáculos. Nos sustentamos en la oración y en estos momentos a través de las celebraciones vía streaming no dejamos de seguir las eucaristías y la adoración al Santísimo”.
En tiempos de incertidumbre y confinamiento han experimentado que “como siempre, al poner nuestra confianza en el Señor, la Providencia siempre llega”.