Periplo andaluz de Spei Mater

IMG-20130307-WA0000

Esperaba un día primaveral en Cádiz, sin embargo encontré un temporal de lluvia, viento y fuerte oleaje. Incluso leí en un periódico local que había riesgo de tsumani. Una hipérbole, sin duda. María José Mansilla, presidenta de Spei Mater, y yo, que soy algo así como el director espiritual de la asociación, llegamos a la tacita de plata el mediodía del pasado miércoles 6 de marzo. Nos había invitado la Delegación de Familia y Vida de la diócesis para presentar el proyecto Raquel. Pasamos aquella tarde en compañía de Emilio y Maribel, los coordinadores del evento. Desde este blog quiero expresarles mi agradecimiento por su entrañable acogida, propia de hermanos en el Señor.

El jueves por la mañana fuimos al Palacio Episcopal. Se había convocado a los medios locales para una rueda de prensa. El padre Oscar, Delegado de Familia y Vida, nos presentó a los periodistas de radio, televisión y periódicos varios. María José explicó que Spei Mater es una asociación pública de fieles que sirve al Evangelio de la vida. Es decir, su trabajo es acción evangelizadora de la Iglesia misma. Por mi parte subrayé que tratamos de servir a la persona en cuanto tal, de sanarla íntegramente sin descuidar ninguna de sus dimensiones. La rueda de prensa apenas duró una media hora, y poco después nos encontramos con Pepe Pedregosa, que había llegado desde Sevilla en su propio coche. Pasamos la tarde en la escuela de enfermeras Salus Infirmorum. Allí se reunieron más de treinta personas, muchas de los C.O.F. (Centros de orientación familiar). Matrimonios jóvenes sensibilizados y comprometidos con la defensa de la vida.

De hecho, la diócesis de Cádiz es muy activa en este trabajo y tiene su propio proyecto de acompañamiento a las mujeres embarazadas, el Proyecto David. María José explicó que Raquel, con Effetá y Angel,  es uno de los tres proyectos que lleva adelante Spei Mater. El proyecto Raquel trata el síndrome postaborto, intenta sanar las heridas tanto psicológicas como espirituales de las mujeres que han abortado, desde el convencimiento de que el único Salvador es Jesús y solo él puede restaurar a la persona entera, consolarla, devolverle la paz y abrirla a una esperanza nueva. 2013-03-08 17.06.16

El viernes nos esperaban en Sevilla. Hicimos el viaje en el coche de Pepe, aunque no directamente. Nos pasamos por Jerez de la Frontera para visitar a un viejo amigo de María José, el padre Juan

Pepe Pedregosa ya había presentado el proyecto Raquel en Sevilla, así que ahora tocaba dar la capacitación. Nos reunimos con todos los interesados en el Hogar Sacerdotal. Había entre ellos varios sacerdotes. Abrió el encuentro un matrimonio que tenía a su cargo la dirección de la Delegación de Familia y Vida de Sevilla.

María José presentó someramente los fundamentos del proyecto Raquel y las fases de su desarrollo. Yo apunté lo que podríamos llamar la espiritualidad, tanto bíblica como litúrgica, que anima nuestro trabajo. Los temas que esa tarde nos limitamos a enunciar, los desarrollamos en la medida de lo posible durante la mañana y la tarde del sábado.

En Spei Mater somos conscientes de que solo el contacto asiduo con el Señor Resucitado nos capacita para dar testimonio del Evangelio de la Vida, con nuestras palabras y la atención a las personas concretas. La sesión de la mañana del sábado concluyó con la celebración de la Eucaristía. No hubo homilía. Preferí que cada cual escuchara e interiorizara los textos de las Escrituras y las palabras y gestos de la Iglesia que nos sumergen en la misma Pascua de Jesús.

La tarde -y el evento- terminó a los pies del Pan de Vida expuesto a nuestra contemplación. Escuchamos la proclamación de Lc, 8, 41-48, donde Jesús se nos revela como fuente de toda salud. Se leyeron un par de cartas escritas por mujeres que pasaron por un aborto provocado. Eran testimonios emotivos en los que se entreveraban el dolor y la esperanza. Rezamos las letanías por la vida e invocamos a María, aurora del mundo nuevo: Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la Vida. Tomé la custodia e impartí la bendición.

Escribo esta crónica en el A.V.E. María José y yo regresamos contentos a Madrid. Nos sabemos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer, pero se nos ha concedido la gracia de entrar en contacto con muchas personas que creen en Jesús, Señor y único Salvador, y se sienten movidos por el Espíritu a difundir el Evangelio de la Vida y la Misericordia. Por esto estamos contentos, y reconocemos: Digno eres, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque creaste el universo y por tu voluntad fue creado y existió, Ap 4, 11. Nos sentimos agradecidos con los Delegados de Familia y Vida de las diócesis de Cádiz y Sevilla, y con todos los que han participado en estos encuentros. Oramos con ellos y por ellos, para que por su medio el Evangelio de la Vida y de la Misericordia llegue a muchos.

P. Jesús Chavarría