Proyecto Raquel

Curso de capacitación en el Proyecto Raquel en Jaén

En Jaén
 El viernes 20 y el sábado 21 de septiembre tendrá lugar un Curso de formación sobre el Proyecto Raquel, un proyecto para ayudar a toda aquella mujer que después de haber abortado sufre el llamado síndrome postaborto.
 
  Desde la Delegación de Familia y Vida y el Centro de Orientación Familiar, se quiere dar solución a este grave problema y para ello cree conveniente ofertar este curso de capacitación para ayudar a quien sufre, desde el convencimiento de que la misión de la Iglesia no es juzgar, sino acoger al hermano que sufre.
 
  Los interesados pueden contactar con la Delegación Episcopal de Familia y Vida (Email:  delegacionfamiliayvidajaen @ gmail.com)
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Proyecto Raquel: la alternativa desde la Iglesia al síndrome post-aborto en Sevilla

Nace en Sevilla un proyecto que ayuda a las mujeres que sufren un trauma psicológico tras haber abortado. Es la aportación más directa de la Iglesia a una realidad poco conocida pero que atañe a un porcentaje importante de las mujeres que han pasado por el drama del aborto
 
Por Ana Capote 
Con una misa presidida el pasado martes por el arzobispo, dio comienzo la andadura del Proyecto Raquel en la Archidiócesis de Sevilla. En la Eucaristía participaron las personas que tienen encomendado el impulso y desarrollo de este proyecto en Sevilla. En su mayoría colaboradores de la Delegación de Familia y Vida que ofrecerán ayuda espiritual, psicológica y psiquiátrica a las personas afectadas, así como los directores de los diferentes Centros de Orientación familiar, sacerdotes y voluntarios implicados en este proyecto.
 
¿Qué es el Proyecto Raquel?
Esta iniciativa surgió en Estados Unidos hace más de veinte años como una apuesta de la Iglesia Católica para el acompañamiento a las personas de alguna forma heridas por un aborto. Médicamente se habla del síndrome post-aborto, y a esto es a lo que hace frente Proyecto Raquel. Actualmente está implantado en la mayoría de diócesis norteamericanas así como en otros países. En España cuenta con la dirección y supervisión del obispo de Alcalá de Henares y presidente de la Subcomisión de Vida y Familia de la Conferencia Episcopal, y el impulso de la asociación pública de fieles Spei Mater, cuya misión es la promoción e implantación del Proyecto Raquel en España y en los países hispanohablantes. Este proyecto también fue acogido en su día por el Papa Francisco, entonces arzobispo, en su Archidiócesis de Buenos Aires.
 
Proyecto Raquel en Sevilla
 
Cuenta con una estructura diocesana dependiente de la Delegación de Familia y Vida. Su estructura elemental está constituida por una comisión, un grupo de consejeros y sacerdotes y una línea de teléfono exclusiva para este uso, donde la persona que solicita ayuda podrá recibir información y ser atendida. Con posterioridad, una vez que esté preparada, se establece una primera toma de contacto con un consejero o sacerdote que le proporcionará un cuidado personalizado con el único objetivo de buscar la reconciliación y curación.
 

Convocatoria para capacitación de Proyecto Raquel en Argentina

 Durante los días 18, 19, 20, 21 del presente mes tendrá lugar la capacitacion del Proyecto Raquel, para el acompañamiento pastoral de sanación y reconciliación postaborto.
Está dirigida a sacerdotes, voluntarios y colaboradores de GRAVIDA, la red de CAMs de Argentina.
Para obtener mas informacion pueden escribir a capacitacion.praquel @ gmail.com 
 

Un mes de disgusto ahora o un disgusto para toda la vida

Muchas de las que abortan se encuentran en una situación de desvalimiento y soledad, por lo que no sólo no son advertidas de sus posibles secuelas y repercusiones, sino por el contrario se ven psicológicamente condicionadas y presionadas hacia él.

En un periódico de tirada nacional y francamente enemigo de la Iglesia (“El País” para no andar con rodeos) he leído una noticia en la que una mujer que ha abortado por malformación del feto ha declarado: “Prefiero llorar un mes que toda la vida”. Mi experiencia de sacerdote, me dice que la autora de ese crimen abominable (cf. Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes nº 51), no sólo va a llorar el próximo mes, sino que es muy probable que vaya a llorar y lamentar toda su vida su acción. Mucho me temo que lo que podía haber sido un mes de disgusto sea ahora un disgusto para toda su vida.
 
Ante todo aclarémonos qué es un aborto. Éste consiste en realizar la muerte del óvulo fecundado, embrión o feto humano, dentro del seno materno. Como dice el cardenal Bergoglio, en su libro “Sobre el cielo y la tierra”: “El problema moral del aborto es de naturaleza prerreligiosa, porque en el momento de la concepción está ya el código genético de la persona. Ahí hay ya un ser humano. Separo el tema del aborto de cualquier concepción religiosa. Es un problema científico. No dejar que se siga avanzando en el desarrollo de un ser que ya tiene todo el código genético de un ser humano no es ético. El derecho a la vida es el primero de los derechos humanos. Abortar es matar a quien no puede defenderse”. Y es que hoy los avances de la Ciencia permiten a nuestros científicos afirmar, como hacen los firmantes del Manifiesto de Madrid de Marzo del 2009, cosas como ésta: “ Existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación. 
 
Los conocimientos más actuales así lo demuestran: la Genética señala que la fecundación es el momento en que se constituye la identidad genética singular; la Biología Celular explica que los seres pluricelulares se constituyen a partir de una única célula inicial, el cigoto, en cuyo núcleo se encuentra la información genética que se conserva en todas las células y es la que determina la diferenciación celular; la Embriología describe el desarrollo y revela cómo se desenvuelve sin solución de continuidad”.

El aborto y los hombres

 Cada año, desde 1974, se celebra en Washington la "Marcha por la vida" un acto reivindicativo en el que se pide la revocación de la ley Roe vs. Wade, por la que se legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973. 

el hombre y el abortoDesde no hace mucho tiempo, Chris Aubert participa en esa marcha o en la marcha que se hace en su localidad. Lo hace consciente de lo que vale una vida después de darse cuenta de que, en lugar de los cinco hijos que le hacen inmensamente feliz, esa cifra podría ser de siete. En 1985, su por entonces novia le dijo que estaba embarazada y que iba a abortar. Él le dio 200 dólares y se marchó a ver un partido de béisbol. En 1991, la historia se repitió con otra novia. "Era totalmente irrelevante para mí", cuenta en su blog. Él creía que aquello no repercutiría en su vida, pero, un día, en la consulta del ginecólogo, viendo, con su actual esposa, una ecografía de uno de sus hijos -esta vez sí deseado-, sintió una punzada en el pecho, un arrepentimiento profundo por lo que había hecho. "Si pudiera volver atrás, salvaría a esos niños", confiesa; "Hay una mancha que no se irá de mi alma".

Sobreproteger o destruir

Vicky Thorn es activista provida desde antes de que existiera el movimiento como tal. Es la fundadora del Proyecto Raquel, que ayuda a las mujeres tras un aborto provocado. También a los hombres, aunque asegura a Misión que las secuelas de esta práctica en ellos son aún "un tabú, porque se considera al aborto como un asunto de mujeres". Tras no permitir el nacimiento de un hijo, Thorn describe una doble reacción en los hombres: por un lado, están los que, al tener hijos deseados, se vuelven sobreprotectores y viven en constante angustia por que les suceda algo. Por otro, se encuentran los que han pasado por un infierno de alcohol, drogas, adicciones sexuales y autodestrucción. La experiencia de Thorn es que, tras la pérdida, el varón pasa por la ira, la rabia, la frustración, el sufrimiento profundo, el arrepentimiento y la tristeza. "Les cuesta aceptar que han mirado hacia otro lado", afirma. A estos sentimientos se une la vergüenza por haber permitido que les arrebataran a sus hijos, a los que debían de haber protegido.

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