Los días 25 de cada mes, a partir de este abril, las familias gaditanas que han perdido un hijo antes de nacer ya tendrán la ocasión de rezar por ellos en la Iglesia. Esta iniciativa de la asociación Spei Mater (Madre de la Esperanza) y la parroquia de San Agustín de Cádiz pretende honrar conjuntamente la memoria de esos niños y niñas, consolando a sus padres y ayudándoles en el proceso de duelo.
Según señalan desde la asociación, «el duelo por un hijo perdido antes de nacer se sobrelleva a menudo de forma oculta y silenciosa, no exenta de incomprensiones, como cuando se les trata de consolar diciendo ya tendréis otro, sin comprender que cada hijo es amado por sí mismo (también los que no llegaron a nacer), porque son personas únicas e irrepetibles«.
La celebración, que se repetirá cada día 25 del mes a las 10 horas en ese céntrico templo gaditano, incluye tanto a los niños y niñas perdidos por causas naturales, como por aborto provocado. Tras la Eucaristía se rezará el Rosario por la Vida y la Familia, que se está rezando ya en muchas parroquias de la diócesis de Cádiz.
Los niños que no han llegado a nacer son los más olvidados y, con esta celebración, la Iglesia muestra que los acoge también como hijos queridos de Dios. Será una celebración llena de esperanza, como la de cualquier persona a la que se quiere entregar al Cielo cuando fallece.
Además –añaden- «esto puede facilitar que quienes sufren por haberse sometido a un aborto o haber participado en él, puedan iniciar un camino de sanación personal y recibir la misericordia de Dios, según ha facilitado y promovido el Papa Francisco, permitiendo a todos los sacerdotes absolver a las personas que han abortado y se arrepienten».
La asociación cristiana provida Spei Mater da una gran importancia a esta iniciativa, que cumple una obra de misericordia espiritual, «orar a Dios por los vivos y los difuntos». Esta Asociación cumplirá próximamente diez años de labor en la Diócesis de Cádiz y Ceuta –la segunda donde se implantó, hoy está ya muy extendida-, ayudando a parejas y mujeres solas en riesgo de aborto, y contribuyendo también a la sanación personal y espiritual de aquellas personas que se han sometido o han participado en abortos, con su «Proyecto Raquel».