Hozana: 4 versiculos para meditar en Adviento

¡Ha llegado el gran tiempo de Adviento!, un período que nos permite preparar nuestros corazones para celebrar la natividad de nuestro Señor Jesús. De hecho, en este tiempo de espera, nosotros como cristianos confiamos en una promesa que creemos cierta, y recordamos todos esos siglos durante los cuales la humanidad también aguardaba por la llegada del Mesías.
Sin duda alguna, el nacimiento de Jesús abre camino a un nuevo tiempo, es decir, a una nueva alianza. Al respecto, en el Antiguo Testamento podemos encontrar diferentes pasajes que nos preparan para entender este gran suceso, como es el caso de los
libros proféticos, ricos en textos que anuncian la llegada del gran Salvador que Dios envió al mundo.

El tiempo de Adviento se lleva a cabo durante las cuatro semanas que preceden a la Navidad y marcan un período de preparación espiritual bastante significativo. De hecho, durante estas cuatro semanas proponemos aumentar la llama de nuestra esperanza, y preparar nuestros corazones para acoger mejor al niño Jesús, meditando en un versículo profético. Por ejemplo:

  • Durante la primera semana de Adviento, podemos recordar que Dios nos llama a una renovación total. Dejémonos guiar por el profeta Jeremías, para aumentar el deseo de acoger en nuestros corazones lo que está por venir: “Llegarán los días –oráculo del Señor– en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá” (Jeremías 31:31).
  • En la segunda semana de Adviento, podemos meditar junto al profeta Miqueas sobre el espíritu de pobreza y humildad que rodea este gran acontecimiento. Recordemos que, para acoger a Jesús en nuestra vida, debemos hacernos muy pequeñitos: “Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial” (Miqueas 5:1).
  • Durante la tercera semana de Adviento, podemos rezar a la Virgen María, mientras recordamos que a través de ella fue posible el cumplimiento de la promesa de Dios, un hermoso suceso que fue previamente anunciado por el profeta Isaías: “Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel” (Isaías 7:14).
  • Finalmente, durante la última semana de Adviento podemos preparar nuestros corazones para la alegría que representa la noche de Navidad, haciendo resonar en nuestro ser la profecía de Isaías que dice: “El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz” (Isaías 9:1).