Caza de brujas sacerdotal

Desde que tengo memoria me ha interesado investigar sobre la Alemania nazi, porque quería alcanzar a comprender como el ser humano podía llegar a tal nivel de depravación y de maldad. Cómo un ciudadano de a pie podía de repente ser convencido que su vecino era una raza inferior y se le podía eliminar alegremente y seguir su vida tan normal. No lo entendía, ahora si, y lo entiendo porque lo he visto con el covid, he visto personas escupiendo a niños autistas que paseaban cuando estábamos en arresto domiciliario, gente apaleando al vecino por no ponerse la mascarilla, gente deseando la muerte a otro por no vacunarse, gente echando a sus familiares de la cena de Navidad… ya lo he visto todo y he comprendido la Alemania nazi, basta un poco de miedo inoculado y dirigir ese miedo contra un enemigo común, vamos, el chivo expiatorio de siempre, para convertir personas normales en auténticos monstruos.

Otro gran enigma de mi juventud también resuelto es el de las brujas de Salem ¿pero cómo era posible que con una simple denuncia de no importa quién se quemara a la gente por bruja sin presunción ninguna de inocencia y con testimonios más que cuestionables y contradictorios? Pues ya lo sé, porque lo estoy viendo, es exactamente lo que estamos haciendo con los sacerdotes en la Iglesia y digo estamos haciendo porque no son los de fuera sino nosotros mismos los que hemos perdido el norte con este tema. Basta una campaña mediática de los globalistas contra la Iglesia con razón de los abusos para que nos lancemos a creer a priori y sin presunción de inocencia e ir a por los sacerdotes convirtiéndolos a todos en culpables hasta que se demuestre lo contrario y cuando se demuestra lo contrario, pues también, por si acaso.

Surgen iniciativas sobre este el tema de los abusos, y esas iniciativas ¿exactamente a que van dirigidas? ¿a ofrecer la cabeza del sacerdote cual víctima de holocausto para que los medios de comunicación queden satisfechos de que en la Iglesia somos los primeritos en esto? como si el mundo por ello nos fuera a perdonar la vida.

Parece que el varón es siempre culpable por defecto, y si es sacerdote doblemente culpable. ¿Y la presunción de inocencia? Se supone que el sistema de justicia es para rehabilitar e reinsertar al delincuente, salvo si es un cura, en ese caso ¿hay que buscar su destrucción absoluta?

¿Pero es que no nos damos cuenta de que están aprovechando esos casos de abusos, no por ser minoritarios ciertamente muy lamentables, para socavar el sacerdocio? ¿es que no nos damos cuenta de que sin sacerdocio no hay Iglesia? ¿es que no nos damos cuenta de que a los que azuzan esas campañas no les interesan nada las víctimas, sino destruir los sacerdotes y a la iglesia misma?

Ya que estamos con la historia vamos a recordar otro hecho histórico más reciente que ocurrió en los años 80 y 90 en los EEUU, fue el fenómeno de la terapia de recuperación de la memoria (o de los recuerdos). Muchos adultos que acudieron a terapia sin recuerdos de trauma infantil salieron creyendo que habían sido abusados sexualmente por sus padres y profesores a menudo durante años, sin ser conscientes de ello en su momento y sin corroboración por parte de familiares, amigos o médicos. Bajo hipnosis, los terapeutas les permitieron recordar las horribles experiencias que habían sufrido de niño. Muchas de estas personas denunciaron a sus familiares y llevaron a expertos, en psiquiatría y psicología, que testificaron que los recuerdos recuperados eran una evidencia válida de abuso. Esos abusos no habían existido, eran recuerdos inducidos por los terapeutas. La mayoría de los padres y maestros que fueron encarcelados por estas denuncias de abuso en la infancia, fruto de recuerdos recuperados en la hipnosis, han sido ya excarcelados, pero todavía quedan algunos en prisión. Algunos están todavía en arresto domiciliario y otros tiene que seguir viviendo sabiendo que están registrados como delincuentes sexuales.

¿A que sí que se parece a las Brujas de Salem? El abuso es terrible y nunca es tolerable, eso nadie lo pone en duda y menos yo que atiendo a víctimas de abuso, pero eso no justifica la caza de brujas a los sacerdotes.

Un último apunte, esta vez bíblico. ¿Recuerdan el asunto de la casta Susana y los dos degenerados que la denunciaron en falso por no acceder a sus sucios deseos (si, eso ha ocurrido desde siempre) y que si no llega a ser por que Dios salió en su defensa la habían liquidado?

Mientras que estamos dedicados a sacar casos de debajo de las piedras buscando y rebuscando y destrozando a sacerdotes inocentes, ¿quién se está ocupando de atender verdaderamente a las víctimas? Atender a las víctimas no es solo darle asistencia jurídica, ni siquiera solo psicológica, sino acercarles a Dios, acompañarlos espiritualmente y devolverles su dignidad y ayudarles a reconstruir su vida con el Señor, que es verdaderamente nuestra misión como Iglesia.