REDACCIÓN HO - Margarita Cabrer, desde Badajoz donde participa en un grupo de oración y de rescate ante el abortorio 'Los Arcos', comparte con Noticias HO este magnífico testimonio:
Él es un joven de 21 años, que acompañó hasta la puerta del centro a su novia embarazada: él quería tenerlo y su madre también; pero la madre de la joven gestante insistía en que se iba a destrozar la vida teniendo un hijo, en vez de darse cuenta de que está enviando a toda la familia a un pozo del que no sabrán cómo salir en mucho tiempo. Sin lugar a dudas que la decisión de esta joven ha sido tomada bajo presión; él nos decía que eran de un pueblo, que ella estaba estudiando todavía... El joven escribió a su novia este SMS:
"Mi vida, no paro de darle vueltas. Sé que tienes un gran corazón; busca en el fondo de tu corazón. Nuestro hijo a lo mejor no podrá tener tantos lujos como los he tenido yo, pero va a tener mi amor incondicional. Dale la oportunidad de que conozca el amor, de que sienta el brillo del sol, de que simplemente disfrute fumando un cigarro en el balcón, como yo. Dale la oportunidad de vivir y siempre te lo agradecerá. Te amo"
Es la historia de un fracaso: el de nuestra sociedad. Una sociedad que anima a los chavales a tener relaciones sexuales antes de que psicológicamente están preparados, antes de que estén casados, y por tanto antes de que puedan ofrecer a ese hijo que viene una seguridad jurídica y emocional. Y como nuestra sociedad no está dispuesta a admitir sus errores simplemente "les receta" un "no pasa nada". Pero sí pasa.
La semana pasada conocimos que una de las madres que había venido a abortar se había intentado suicidar. Estamos diciéndolo en la puerta todos los días: el 15% de las que abortan lo intenta. El aborto se ha ofrecido a nuestros jóvenes como un método anticonceptivo y no lo es. El aborto, como señalaba la Madre Teresa de Calcuta, es un homicidio en el vientre de la madre.