Los obispos españoles recuerdan que no es lícito recurrir a la fecundación artificial ni a los vientres de alquiler para tener un hijo

«La vida, buena noticia» es el lema que se propone para la Jornada por la Vida 2024. Una Jornada que la Iglesia celebra el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, pero que este año, al coincidir con el lunes Santo, se traslada al 8 de abril.

Para esta jornada, los obispos españoles han emitido un mensaje elaborado por la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida que preside José Mazuelos, obispo de Canarias.

Los obispos españoles comienzan su mensaje recordando que «la vida es un don de Dios, no un derecho absoluto a la libre disposición
del criterio humano». «El hecho de que la vida sea un don y una buena noticia nos invita a acogerla siempre, incondicionalmente. Por eso hay que ayudar a las madres que reciben esta noticia de manera esperada o inesperada para que puedan descubrir que la vida que llevan en su seno realmente es una buena nueva», se lee en el texto.

 

Contra la fecundación in vitro y los vientres de alquiler

Insistiendo en la idea de que la vida es «una buena noticia» los obispos señalan que «no debemos olvidar que la vida es un don por lo que «no hay un derecho absoluto a tener un hijo». La Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida subraya que «es cierto que hay que acompañar a las parejas que tienen un fuerte deseo de ser padres, pero experimentan dificultades para concebir. Serán buenos los avances médicos que ayuden a detectar las causas de la esterilidad, intentando remediarlas, pero no se deberá emplear la técnica para producir de manera artificial la fecundación. Esto se agrava cuando, para obtener un bebé, se acude a un vientre de alquiler«.

Además, los obispos españoles apoyan «el fuerte llamamiento que ha hecho el santo padre, pidiendo a la comunidad internacional que se comprometa a prohibir universalmente la práctica de la maternidad subrogada, y nos unimos a esta petición».

Durante el transcurso de la vida, los obispos españoles denuncian la trata de personas y piden paliar las situaciones de pobreza extrema. También añaden que se debe «revisar nuestras actitudes hacia las personas migrantes, evitando el desinterés y los prejuicios».

En relación al final de la vida humana, los prelados españoles defiende que «en la ancianidad y la enfermedad terminal la vida sigue siendo una buena noticia». Por ello, «debemos tener cuidado para no actuar según el criterio de que en esos momentos la vida ya es una carga pesada que debe eliminarse».